Las consecuencias del confinamiento y de no poder exponernos al sol son muy variadas, entre ellas la disminución de absorción de vitamina D. Se trata de una vitamina esencial para nuestro organismo por su importancia en muchos procesos de nuestro cuerpo. Entre ellos, uno de los más importantes es su papel en la absorción y regulación de los niveles de calcio en nuestros huesos, y su ausencia está estrechamente relacionada con una mayor predisposición a sufrir fracturas óseas, osteoporosis, osteomalcia, patologías dentales y raquitismo en niños.

El ritmo de vida que llevamos, el sedentarismo y el aumento de trabajos en interior, han reducido nuestra exposición al sol y ha supuesto un déficit de vitamina D en nuestra sociedad, y el hecho de estar confinados y no poder salir solo hace que esto se empeore. El sol contribuye a una mejor asimilación de la vitamina D en el cuerpo, pero ahora que lo tomamos menos, tenemos que buscar otras opciones alternativas y la mejor es mediante la alimentación.

Lo que tenemos que hacer ante una carencia de vitamina D es, sin dudarlo, acudir a un especialista y seguir sus consejos médicos. Podemos también complementar dichas pautas con una alimentación saludable que incluya alimentos con un alto contenido de  vitamina D. Y la carne es uno de esos alimentos.

Dentro de los beneficios que tiene para nuestra salud, la carne es un alimento con un aporte extraordinario de micronutrientes. Entre estos micronutrientes está presente la vitamina D, pero también  destacan las vitaminas del grupo B (la B12 sobre todo). Especialmente, carnes como la de cordero y partes como el hígado o las vísceras son ricas en vitamina D, y su consumo resulta muy recomendable, entre otras muchas razones, para mantener una buena salud ósea.

Otros alimentos que son ricos en vitamina D son:
Aceite de hígado de bacalao: Su sabor no es muy bueno, pero una cucharada tendrás cubiertas las necesidades diarias de vitamina D.
Yema de huevo: Una sola yema de huevo contiene una quinta parte de la cantidad diaria de vitamina D recomendada.
Marisco y Pescados azules: El salmón es el más destacado, junto con el atún, la caballa y la sardina. También los moluscos y los crustáceos tienen un alto contenido de vitamina D. 
Setas y Hongos: Concentran altas dosis de vitamina D. 
Lácteos: La leche entera, la mantequilla, el queso…. Son productos que destacan por su alto contenido en vitaminas, entre ellas las del grupo D. 

Como ves, la alimentación puede ayudarnos a complementar los niveles que nuestro cuerpo necesita, pero la principal  forma de conseguir la vitamina D es que te dé el sol, aunque sean 10 minutos al día y que te dé en cara, cuello, brazos y manos, para que su absorción sea correcta.